Somos creadores de nuestra propia realidad

Desde niña, el Arte ha sido mi manera de decir lo que mi voz escondida, no alcanzaba a nombrar.

En cada trazo, en cada forma, escucho lo que mi alma me susurra.

Crear no es buscar la perfección, sino dejar que las manos hablen, libres de
juicio, guiadas por el corazón.

Cuando miramos hacia dentro durante el proceso creativo, aprendemos a
escucharnos de verdad:
a notar lo que siente el cuerpo, lo que piensa la
mente y lo que anhela el espíritu.

Así, paso a paso, descubrimos la coherencia entre lo que pensamos,
sentimos y hacemos
—y en ese fluir, nos encontramos a nosotros mismos y
nos sorprendemos de lo que hallamos.

Es el inicio de una reconciliación con nosotros mismos.